Un Día en el Santuario de Rescate de Animales de Granja
IVU News – Num. 3 – 1998English

‘El Progreso es la realización de Utopías.’ – Oscar Wilde

La emocionante experiencia de pasar un día en el campo en el Santuario de Rescate de animales de Granja dirigido por veganos en Cambrideshire, Reino Unido -con animales rescatados del maltrato, enfermedad o animales rechazados por sus antiguos dueños quienes los consideraban sin el suficiente valor como para merecer el costo de cuidados veterinarios ni si quiera de una muerte sin dolor- me permitió la oportunidad única de conocer a los animales individuales para disfrutar de su fascinante personalidad.

Los animales, felizmente inconscientes de lo que hubiera sido su destino -ni siquiera tras su muerte seguirán aquel camino- reciben la atención medica necesaria y una vez que han recuperado la salud responden a sus nombres y disfrutan de su vida al máximo.

Financiado totalmente por donaciones y adopciones porque el deshacer el trabajo de los explotadores de animales no es considerado como beneficencia y por lo tanto no es deducible de impuestos. El santuario es hogar de 500 animales que tuvieron la suficiente suerte de haberse librado del cuchillo del carnicero y de las condiciones de vida inhumanas y el trato degradante que les toca vivir a casi todos los de su especie. Los niños, en particular, adoran el esquema de adopción y las fotos y cartas que reciben de sus animales adoptados.

Entre los posibles adoptados están (ver fotos) Wiggy, un enorme, tierno y gentil cerdo que se convirtió en mi indiscutible opción cuando interrumpió su descanso para venir a saludarme mientras los veía. Sin embargo, si ese travieso fugitivo, en particular -que fue encontrado cansado y hambriento, corriendo en la carretera- no se convierte en tu preferido, una visita a la granja te dará la oportunidad de conocer ese animal tan especial que te conquistará: Mickey, un adorable carnero, le encanta un buen masaje; Miss Piggy, una comilona concienzuda, interrumpió brevemente su comida para decir hola; Geraldine, una gentil oveja que disfruta de la compañía de los humanos pero prefiere mantenerse a distancia. Gromit un guapo ternero; Remus, un carnero con tres patas, aparentemente inconsciente de su incapacidad, rescatado de un transportador con una pata severamente rota que no se pudo salvar; Sarah, una oveja que no mereció el sustento al no poder embarazarse una vez más; Luckdragon, una dulce pequeña oveja nacida prematuramente, y encontrada en unos matorrales cuando su madre fue ahuyentada por unos cazadores; y muchos muchos más.

Ya sea por la fama, por la fortuna, o por la satisfacción de necesidades reales o imaginarias, cuando comparamos la perspectiva común de una Utopía de los humanos -como una versión modificada del mundo artificial antropocéntrico que conocemos y hemos ayudado a construir- con el equilibrio delicado de la relación simbiótica entre animales no humanos con su entorno, sus fuentes de comida y complejos sistemas sociales, su más ardiente deseo, seguramente debe ser la visión de un planeta sin ninguna señal de vida humana o uno poblado por aquellos como los dedicados voluntarios que dirigen los santuarios donde son cuidados, cuyo amor y atención llenan sus vidas con todo el sentido y propósito que pierden al ser convertidos en máquinas productoras de carne, leche o lana.

Los animales no-humanos no deben pagar el precio que los humanos, por no poder lograr nuestro propio potencial como individuos compasivos y conscientes, capaces de extender nuestros límites éticos, les imponemos. Nuestra responsabilidad moral debe ser, por lo tanto, demostrarles que aquellos realmente interesados pueden establecer una verdadera diferencia al desafiar los hábitos empedernidos e ideas que limitan los confines éticos existentes que perpetúan la esclavitud animal y las necedades autodestructivas que amenzan con derrumbar los valores sociales esenciales y la calidad y propósito de nuestras vidas.

- Francisco Martín

‘Para mi, la vida de un cordero no es menos preciosa que la de un ser humano.’
- Mohandas Gandhi
‘Ya nunca jamás matará al cordero que le mire a la cara.’
- Percy Bysshe Shelley

geraldine
Geraldine
mickey
Mickey
gromit
Gromit
Miss Piggy
Miss Piggy

Wiggy